martes, 21 de octubre de 2008

Que no se mueva nadie: las plataformas son libres pero la información (y la publicidad) lo controlo yo.



Por: google.dirson.com

Google es una de las empresas más valiosas del mundo y es debido a que el 99% de los ingresos provienen de la publicidad en Internet (4.231 millones de dólares en tan solo tres meses), un campo en el que aún queda mucho por recorrer, y en el que Google está muy bien situado tras la compra de DoubleClick o sus programas publicitarios en la TV interactiva.

Google es el rey entre los nuevos negocios cuyo modelo ya no es el de obtener ingresos por licencias de software y pagos por suscripción a servicios (antiguo modelo en el que Microsoft ha sido el líder) y sí el de la publicidad online situada dentro de herramientas de búsquedas de información de acceso gratuito.

Pero Google se dio cuenta hace muchos años de un problema: dominaba en el mundo de las herramientas web de gestión de la información, pero todos sus usuarios accedían a ellas a través de plataformas (dispositivos, software, redes, protocolos) que se escapaban al control de Google, que podían provocar que los usuarios accediesen a otras herramientas web y que, en muchos casos, eran propiedad de sus principales competidores.

Uno de los ejemplos más claros es el de Microsoft, el cual ya había comenzado a cambiar su modelo de negocio de venta de licencias para explorar el de la publicidad online, pero que era el rey en el software que controlan los dispositivos de acceso a la información. Herramientas como Windows (el Sistema Operativo de PC más popular), Internet Explorer (el navegador web más utilizado) o Windows Mobile (el Sistema Operativo Móvil más instalado en las PDAs) estaban haciendo que muchos usuarios utilizasen por ejemplo Hotmail como gestor de correo, el MSN Messenger como Mensajería Instantánea o 'live.com' como buscador web. Microsoft intentaba ir desde el dispositivo hacia Internet, y Google hacía el camino inverso desde Internet hacia el dispositivo.

Por eso, en el año 2003 Google decidió, por una parte, lanzar software que consiguiese ser muy popular y garantizar así que, de alguna manera, los usuarios pudiesen seguir accediendo a sus servicios. Así nacieron por ejemplo la desparecida 'Google Deskbar' o la adquisición de Keyhole.

Y, por otra parte, Google también decidió apostar por la promoción del software libre y nació el romance entre la compañía y la Comunidad Open Source: conferencia de Ubuntu en la sede central de la compañía, acuerdos económicos con Mozilla, el famoso 'Summer of Code' para financiar proyectos libres, líderes de proyectos que trabajan en Google, alojamiento de proyectos de software, aportación de código a Wine, colaboración con MySQL, donación a Samba, premios 'Open Source', ... Los proyectos libres necesitan de Google para poder seguir creciendo de forma coordinada, y Google los necesita para acabar con la supremacía de -sobre todo- Microsoft dentro del software de acceso a la información. Google no quiere que sean suyos porque no necesita el dinero de las licencias, lo que quiere es que nadie sea el dueño de esa puerta de acceso y, si puede, ser él mismo el que lidere el desarrollo de ese software libre.

Eso es lo que ha hecho hace unas horas con la presentación de Android, la plataforma "completa, abierta y libre para dispositivos móviles" con la que, de la mano de importantísimos nombres (T-Mobile, HTC, Qualcomm, Motorola, Samsung), intenta que los usuarios puedan tomar el control de sus móviles de la misma manera que lo están empezando a tomar de los PCs. El negocio del acceso a la información desde los móviles está comenzando a despegar, y hay mucho dinero en publicidad (Click-To-Call, publicidad en función de la posición geográfica). Sin embargo, es muy difícil que se puedan instalar nuevos programas que garanticen el acceso a las herramientas de Google, y Windows Mobile estaba ganando constantemente cuota de mercado. Por ello, ha liderado el proyecto 'Open Handset Alliance' para crear una plataforma libre que, aunque no le reporte ingreso económico directo, sí le garantice la libertad de los uusarios para acceder a las herramientas online.

Si este ha sido su planteamiento con el software, lo mismo está intentando hacer Google con los protocolos. Así, en el año 2005, tras la popularización de las comunicaciones VoIP sobre todo con Skype, lanzó la herramienta 'Google Talk' y con ella un protocolo abierto de comunicaciones. El objetivo de nuevo: evitar que la competencia se hiciese con el control de este mercado en el que hay amplias posibilidades publicitarias. Los desarrolladores, atraidos por las posibilidades de los estándares abiertos, han comenzado a utilizar los protocolos propuestos por 'Google Talk' para crear sus aplicaciones en el campo de las comunicaciones.

Solamente quedaría saber si Google también tiene planeado hacer lo mismo en otros dos campos en los que tampoco debe perder el control del acceso a la información: el de las redes y el de los dispositivos. En el primero, ya ha anunciado su intención de pujar por las licencias WiFi en EEUU y de que estas redes sean completamente abiertas. Además, se rumorea una red mundial de fibra óptica y la construcción de un cable submarino propio. Todo por conseguir una verdadera neutralidad en Internet ante las amenazas de las grandes telcos, con algunas de las cuales ha llegado al acuerdo de impulsar Android.

En el segundo de los campos, el de los dispositivos, Google está todavía muy verde y le quedaría muchos años de experiencia para poder diseñar, fabricar y distribuir su propio hardware. No obstante, hay que recordar que ha mostrado su intención de "fabricar productos de hardware en serie" y que, desde agosto de 2006, el Director General de Google es miembro del Consejo de Administración de Apple, líder en la fabricación de dispositivos de acceso a la información.

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